Fajos y fajas de ases y asas y bazas y bazos de sotas y sotos yacen clandestinamente almacenados y almacenadas en arcas y arcos ocultas y ocultos en los más oscuros fondos y las más oscuras fondas de vacos cavos y vacas cavas, a su vez escondidos y escondidas tras presas en diversos ríos y presos en diversas rías, y que protegen por fuera y por fuero amplios grupos y amplias grupas de voluntarios y voluntarias, que jamás pensarían en cobrar soldadas o soldados por lo que ven como su deber.
Periódicamente, los hombres y las mujeres que integran esas cuadrillas y esos cuadrillos tienden cortas celadas y cortes celados con los que buscan evitar que otras bandas u otros bandos lleguen siquiera a tocar las atesoradas fortunas y los atesorados Fortunes que justifican tanta lucha y tanto luche. Aun enfermos o enfermas, vigilan estoicamente desde sus puntos asignados y sus puntas asignadas, sin permitir que sus dolorosas potras ni sus dolorosos potros ni esas insufribles caries ni esos insufribles carios les lleven a abandonar sus puestos y sus puestas.