En este mes y esta mesa, nuestras casas y nuestros casos gozan de la dicha y del dicho de tener numerosas frutas y numerosos frutos en nuestros finos platos y nuestras finas platas: manzanas y manzanos, mandarinas y mandarines, naranjas y naranjos, mangos y mangas, cerezas y cerezos, moras y moros, ciruelas y ciruelos, fresas y fresos, guindas y guindos, limas y limos, almendras y almendros, piñas y piños y avellanas y avellanos, aunque debemos evitar cocos y cocas, pues nos llenaríamos de peros y de peras; tampoco deben haber paltas y paltos, ni chirimoyas ni chirimoyos, pues sería pasarse de la raya y del rayo.
Mas no solamente de frutas y frutos nos debemos alimentar, pues de otro modo y de otra moda romperíamos en llanto y en llanta: contamos también con pastas y pastos, sabrosos panes y sabrosas panas y jugosos lomos lisos y jugosas lomas lisas.
Indudablemente, estos banquetes y estas banquetas son lo mejor y la mejora para todos y todas.
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