22 de septiembre de 2013

La degradación de los sujetos de nuestras idolatrías.

La humanidad ha avanzado en los últimos siglos a pasos agigantados en la elevación del nivel general de conocimiento de las personas (por ejemplo, hoy en día es impensable que un niño no sepa leer ni escribir, algo que hasta hace menos de cien años era frecuente). Y al mismo tiempo que ocurre esto, ocurre un fenómeno que encuentro extraño: las figuras que idolatramos caen cada vez más bajo.

- Primero adorábamos a las fuerzas de la naturaleza.
- Después las personificamos y adorábamos a los dioses.
- Después, a los semidioses (humanos con alguna cualidad divina).
- Después, a los reyes y a la nobleza.
- Después, a los hombres de ciencia.
- Después, a los escritores.
- Después, a los actores.
- Después, a los músicos y a los cantantes.
- Después, a los deportistas.
- Después, a las supermodelos.
- Después, y hasta ahora, a las figuras de farándula y "reality".

Las figuras a las que idolatramos no son sólo de cada vez menor estopa, sino que, además, son cada vez menos destacables dentro del propio conjunto de personas en que estamos. Con los personajes de farándula hemos llegado a, literalmente, un gil cualquiera cuya única gracia es estar frente a una cámara.


¿Cuál será el próximo sujeto de nuestra idolatría? ¿Presidiarios o enajenados mentales, a los que simultáneamente idolatremos Y consideremos bajo el promedio de la colectividad?


¿Por qué se produce este fenómeno?

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