Antiguamente, bastaba con que cada persona ajustara su reloj en una fecha predeterminada y ya. ¿Hoy? Sólo en mi casa, debo cambiar la hora de (o verificar que se haya hecho el cambio correctamente):
- Dos relojes.
- Un reloj despertador.
- Seis computadores.
- Un horno microondas.
- Un DVD.
- Un VCR.
- Una consola Wii.
- Cinco cámaras digitales.
- Tres smartphones.
- Una grabadora de voz.
- El reloj de mi hijo.
Por fortuna, aún no he cambiado los televisores antiguos; cuando lo haga, tendré que añadir dos televisores a esa lista.
A eso hay que añadir las llamadas telefónicas de parientes (una vez que te conviertes en el pringao, siempre serás el pringao) que no saben cambiar la hora ni a cuál huso horario hay que moverse, los problemas con las agendas, los líos que trae cambiar las reglas sobre el cambio de hora a último minutos, etcétera.
Y hay uno más que me tomó por sorpresa: la transferencia de archivos vía pendrive. Los computadores que tienen Windows utilizan el sistema de archivos NTFS para los discos duros, pero se recurre a FAT o FAT32 para los pendrives. NTFS almacena la fecha y hora de un archivo incluyendo el huso horario, por lo que se mantiene correctamente a pesar del cambio de hora... pero FAT sólo almacena la hora local. Si se transfiere un archivo de un computador a otro vía pendrive, la fecha/hora quedará cambiada.
En vez de corregir esto haciendo que todos los aparatos electrónicos sean capaces de conectarse a un servidor NTP, la verdadera solución es acabar de una vez por todas con el cambio de hora.
He dicho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario